Se da una situación objetiva de ausencia de contacto del padre -actualmente ingresado en prisión en Italia- con sus hijos desde el año 2014, tiempo en el que estos se han adaptado a su nueva vida, junto con su madre y la pareja de esta, con quien han creado un vínculo paterno filial. Por ello, respetando el deseo de los hijos no debe fijarse un régimen de visitas, ni siquiera el contacto por carta, porque no creemos que ello contribuya a su mejor desarrollo psico-afectivo dadas las circunstancias concurrentes.
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