La menor padece alergia con sensibilización a epitelio de perro, pero ello no implica que no pueda acordarse la custodia compartida porque el padre tenga un perro, sin perjuicio de que deba adoptar todas las medidas necesarias para evitar una afección de la misma, medidas que adoptaban ambas partes cuando duraba la convivencia, pues no se ha probado que la tenencia del perro sea posterior a la separación.
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