Aunque la menor se opone a dicha medida, se cambia la custodia materna por la paterna, aunque ello implique que la menor deba cambiar de ciudad de residencia ya que la hija está severamente influenciada por la actitud de la progenitora que cuestiona y critica de forma absoluta a la figura paterna y dicha situación “afecta a su desarrollo psicoevolutivo y puede tener serias secuelas en su vida posterior”. La madre ha obstaculizado la relación paterno filial (ténganse presentes en este sentido las cinco sentencias condenatorias en juicio de faltas) y ha creado factores convivenciales altamente negativos para la íntegra formación psicológica y afectiva de la menor.
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