La demanda de divorcio, y con ella la solicitud de pensión compensatoria, se presentó aproximadamente tres años después de la ruptura de la convivencia y no es ésta la que agrava la situación de la esposa, sino la pérdida de acceso a los empleos que venía encadenando con anterioridad y hasta finales de 2013 y de los que obtenía recursos propios de los que, al parecer, ahora carece.
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