No se produjo vulneración al derecho al honor del ex esposo porque la demandada alegase las sospechas que albergaba, relativas a que en el domicilio de aquél se pudieran consumir drogas. Incluso, solicitó, al respecto, la práctica una prueba pericial, que fue denegada por el Juzgado. La imputación efectuada se basó en los antecedentes conocidos por la convivencia previa con el padre y comentarios e impresiones de la hija común. Se consideró concurrente una colisión entre del derecho al honor y la libertad de expresión, en el marco de un proceso judicial, con afectación del derecho fundamental de defensa, cuyos límites no habían sido sobrepasados. Además, las expresiones no fueron difundidas más allá del estricto ámbito de las actuaciones procesales, sin que llegaran al conocimiento de terceras personas con la correlativa afectación de la fama del demandante.