La crisis económica ha motivado que muchas familias no puedan seguir abonando los vencimientos del préstamo hipotecario que grava la vivienda familiar. Algunas de estas familias se encuentran, además, inmersas en un procedimiento de separación o divorcio en el que bien en medidas provisionales o en la sentencia definitiva, se ha atribuido el uso de la vivienda al progenitor custodio y a los hijos, o a uno de los cónyuges.
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