1. Planteamiento del problema jurídico.
Aunque cuando uno decide contraer matrimonio no debe pensar en que la relación de pareja va a fracasar, las estadísticas sobre separaciones y divorcio nos hacen bajar de la nube y aunque sea en un segundo plano debe reflexionarse sobre la hipotética, aunque sea remota, posibilidad de que el matrimonio fracase. La reflexión puede quedar en eso, en una mera hipótesis y el siguiente razonamiento: ¡A mí eso no me va a pasar!, pero también puede suceder que se quiera regular las consecuencias de ese cese para minimizar sus efectos económicos, lo que nos lleva a los pactos prematrimoniales.
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