Qué fácil es fijar la pensión alimenticia cuando el progenitor no custodio tiene un sueldo fijo. Pero la cosa se complica cuando los ingresos provienen de una actividad empresarial pues en principio, solo contamos con las declaraciones fiscales a los que los juzgados y tribunales no dan mucho valor, y ello es lógico, dado que éstas se sustentan en los datos que el propio empresario o trabajador autónomo ha considerado adecuado incluir en las correspondientes declaraciones trimestrales o anuales.
En los casos en que los ingresos económicos derivan del ejercicio de una profesión liberal, o de participación en sociedades mercantiles o comunidad de bienes, es criterio unánime de los tribunales respecto a la opacidad de la capacidad económica del obligado a prestar alimentos a los hijos, que se impone sin duda una mayor exigencia probatoria al respecto conforme a lo dispuesto en el art. 217 de la LEC, derivada de la mayor facilidad y disponibilidad de quién es perceptor de tales ingresos. Es decir, que la falta de prueba perjudica al progenitor que debe abonar la pensión.
Pero puede suceder que, a pesar de todo, el progenitor siga manteniéndose en su posición insistiendo que no tiene más ingresos que los que aparecen en sus declaraciones fiscales.
¿Qué posición debe adoptar el abogado del otro progenitor? Desde luego no cabe una posición pasiva, pues aunque la carga de la prueba sea de la parte contraria, es necesario que promueva toda la actividad probatoria que esté a su alcance para intentar conseguir llevar al tribunal al convencimiento que aquél obtiene muchos más ingresos de los que dice percibir.
Para ello resulta muy clarificador y convincente acudir a la prueba de presunciones, trayendo a los autos como hechos ciertos los gastos ordinarios que venían satisfaciendo el matrimonio antes de la separación o divorcio, tales como alimentación, colegio, vacaciones estivales o en fechas reconocidas, actividades extraescolares, deportivas, pertenencia a clubes, etc.,
Hay que ver la cara que se le queda al progenitor cuando se le pregunta como con tan pocos ingresos era posible asumir tantos gastos… Y es que el tren de vida que el matrimonio llevaba durante al convivencia siempre deja rastro, un rastro que tiene importantes consecuencias jurídicas.