La justicia les dijo que no eran hijos, y luego que si, y estuvieron a punto de heredar, pero al final se descubrió todo.
Cuatro hermanos interpusieron en el año 1985 una demanda de reclamación de filiación para que se declarase que eran hijos no matrimoniales de D. José Luis que había fallecido en 1974 sin otorgar testamento. Dicho procedimiento se siguió estando en rebeldía a los demandados (esposa e hijos matrimoniales del causante). La demanda fue desestimada.
Sin embargo, veinticinco años después, esto es en el año 2010, los cuatro hermanos volvieron a probar suerte y formularon una nueva demanda de reclamación de filiación no matrimonial. En esta ocasión se personó como demandado D. Serafín, único hijo matrimonial vivo de D. José Luis. Se practicó la prueba biológica y sí, los cuatro hermanos eran hijos de D. José Luis, y por tanto hermanos de D. Serafín, y se dictó Sentencia declarando la filiación paterna.
Henchidos de satisfacción porque ya tenían un “padre”, aunque había fallecido hace muchos años, interpusieron una demanda contra su “hermano” D. Serafín reclamando sus derechos hereditarios, y el Juzgado les dio la razón y se acordó la nulidad de la declaración de herederos que anteriormente hizo su hermano D. Serafín. Ellos tenían que recibir su parte de la herencia. Se interpuso un recurso de apelación y se desestimó. El reparto de la herencia era inminente, y todo apuntaba a que D. Serafín tendría que compartir los bienes con unos hermanos que habían aparecido de pronto.
Pero a veces, como pasa en las películas, surge un hecho inesperado con el que nadie contaba, y como el caso era de película, llegó a conocimiento de D. Serafín que en el año 1986 se había dictado ya una sentencia desestimando la acción de reclamación de filiación paterna que ejercieron sus “nuevos hermanos”. Su abogado le dijo que el efecto de la cosa juzgada impedía que pudiese seguirse ningún otro procedimiento para que se declarase la filiación. ¿Cómo se enteró D. Serafín de la existencia de esta Sentencia? Una revelación divina; una carta sin remitente; una noche loca de alguno de los hermanos en la que reveló a alguien el secreto… Sigue siendo un misterio.
Serafín, presto y veloz presentó una copia de la Sentencia en la Audiencia Provincial pero, como ya se había dictado Sentencia resolviendo el recurso de apelación, acordó la devolución de dicho documento, “al hallarse su aportación fuera de plazo, sin perjuicio de las pretensiones que pudiera ejercitar con fundamento en el mismo”. Don Serafín se quedó helado y sus cuatro hermanos quienes se quedaron sin respiración al descubrirse la antigua Sentencia, volvieron a respirar.
Afortunadamente, aún estaba dentro de plazo, y D. Serafín interpuso un recurso extraordinario por infracción procesal y un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Los hermanos se opusieron a la aportación del documento, a que pudiera introducirse un hecho nuevo no discutido en la instancia… se opusieron a todo lo que no supusiese confirmar la Sentencia del Juzgado. El Tribunal Supremo los desenmascaró: Habéis actuado de manera desleal, con mala fe y los expulsó del paraíso hereditario.
Las cosas de la vida. Siendo hijos biológicos tienen que dejar de serlo… caprichos del destino y de las leyes que solo permiten un intento para la determinación de la filiación. Tendrá que ser así, no? Pero parece injusto que esos hijos que tenían un padre biológico, nacieran y crecieran sin tenerlo.